VOY a contarte algo IMPORTANTE: SI ESTÁS AQUÍ ERES FELIZ PERO PUEDE QUE NO LO SEPAS

Si un folio en blanco fuera la historia de la humanidad, ¿cuán grande tendría que ser el punto que dibujásemos en él y que representase tu paso por dicha historia? ¿Te lo digo yo? NO HABRÍA PUNTO

Sí, lo siento, eres insignificante para la humanidad. Eso no quiere decir que no seas importante para tu propia historia, porque de ella tú eres el protagonista.

Así que, relativizando, al comprender la importancia de nuestro paso por la historia de la humanidad sin olvidar la importancia que tenemos para nuestro propio paso por ella, podríamos decir que somos como el protagonista de un juego. Porque al final, ¿qué es si no la vida, nuestra vida?

La VIDA es un JUEGO

Hace unos años, reflexionando, llegué a la conclusión de que “La vida es un juego que solo tiene un vencedor; se trata de disfrutar al máximo y avanzar por él mientras que perdemos la partida”. Es una cita que me gusta mucho.

Perder la partida. Sí, porque siento decirte que el GAME OVER ya lo tenemos. Esto es como en las máquinas de los antiguos recreativos (Vaya, me hago mayor, yo iba a esos recreativos). Echabas una moneda y jugabas, pero sabías que el juego iba a acabar. Se trataba de llegar lo más lejos posible… y pasarlo bien en el camino, claro.

De esta forma es como te haré tomar conciencia de que ERES FELIZ PERO NO LO SABES, través de un videojuego. 

 

Tú eres el PROTAGONISTA de tu VIDA

Elegiremos un videojuego arcade… Uno que recuerdo yo jugué alguna vez… Se llama “Ghost And Gobling”. Y su protagonista se llama Arthur. Lo que vamos a hacer es una analogía entre el videojuego y nuestra vida ¿Ok?

Comencemos. Por cierto, quién me diría, en 1991, mientras echaba una partida de ese videojuego, que a través de él podría hacerte ver que ERES FELIZ PERO NO LO SABES. En fin. ¡Vamos allá!

La ANALOGÍA

Lo primero que tenemos es que la vida, nuestra vida, es un juego…. Y si Arthur es el protagonista del juego, ¿quién es el prota de tu vida? Vale, esta es fácil, ¿verdad? Tú eres el protagonista de tu vida y eso es IMPORTANTE. Hay gente que quieren ser los protagonistas de las vidas de otras personas o que otras sean los protagonistas de las suyas. ¡qué manía! Esta es tu partida, solo tienes una, así que sé el protagonista de esta y que el resto de personas sean los protagonistas de sus propias partidas. Sigamos.

El juego es un poco típico, eso es cierto. De la época, ya sabes… Me hago mayor. El juego comienza con un suceso muy desagradable. Mientras que Arthur y su amada pelan la pava un monstruo viene y la secuestra. ¡Dichosos monstruos!. Y claro, a Arthur eso no le hace ni pizca de gracia. Así que, se pone una armadura y va en su búsqueda.

Comienza el juego

LAS PANTALLAS DEL VIDEOJUEGO

Arthur, en la búsqueda de su amada, debe cruzar diferentes fases, pantallas o niveles, como quieras llamarlo. Segunda pregunta: ¿qué representan en la vida real las pantallas o fases que debe ir cruzando Arthur y en las que se desarrolla el juego? ¿Te dejo unos segundos? Esta también es fácil. Sí, las etapas de nuestra vida. La niñez, la adolescencia, la formación, la búsqueda de empleo, la familia, la jubilación, la vejez… Nuestras etapas. En las muchas pantallas que tiene que ir superando Arthur, este se enfrenta a diferentes monstruos. Dragones que escupen fuego o zombis que se alimentan de tu sangre.. ¡qué sé yo!. Ahora otra pregunta: ¿qué representan en tu vida cada uno de los monstruos a los que se ha de enfrentar el bueno de Arthur? Esta también es fácil. La adversidades de nuestras vidas, sí. Estos son nuestros monstruos. Uno que se me ocurre que puede ocurrir en la niñez puede ser la separación unos padres o que te hagan Bullying en la escuela. Que te deje la novia o suspender un examen importante serían monstruos de la adolescencia. No poder tener hijos o no encontrar trabajo serían monstruos de los jóvenes. De los adultos un divorcio o el fallecimiento de un familiar, etc., etc. Es obvio que muchos monstruos podemos encontrarlos en cualquiera de las etapas de nuestras vidas; que no nos quepa duda de ello. Cierto que es un juego complejo este, despiadado a veces, incluso cruel en ocasiones. 

NUESTRAS ARMAS

Para hacer frente a esos monstruos Arthur cuenta con unas armas, ¡y menos mal! Bombas, lanzas, espadas y escudos, y Arthur ha de saber utilizarlas. De tal manera, si Arthur se topa con un dragón solo podrá acabar con él atravesando su corazón con una espada. Los zombis podrán ser exterminados también, pero estos se destruyen con espadas. Si te encuentras con un zombi, una espada. Si te encuentras con 5 zombis, pues 5 espadas. Cinco veces rápidamente a la tecla cuadrada del mando y misión cumplida. Pero, ¿y si tropiezas con 33 zombis? Igual no te da tiempo pulsar 33 veces la tecla cuadrada del mando. Entonces quizá mejor 2 veces a la X y les arrojamos dos bombas. Suficiente. ¡Cuidado, los duendes hijos de puta están escupiéndonos su venenosa saliva! Ahora pulsamos la tecla del círculo y nos protegemos con el escudo. Uff, ¡menos mal! Arthur ha de usar sus armas de forma eficiente para hacer frente a estos sus monstruos y poder seguir avanzando por el juego. Pero, ¿y nosotros? ¿Cuáles son las armas con las que hacemos frente a nuestras adversidades? Esta es más difícil, lo sé. Te dejo unos segundos (tic-tac, tic-tac, tic-tac). Las emociones. LITERALMENTE, nuestras armas son las emociones. Verás que sí. Mira, emociones básicas existen seis. Alegría, sorpresa, ira, asco, tristeza y miedo. Por cierto, las emociones son TODAS buenas. Sin embargo, sí es cierto que existen algunas agradables, como la alegría, otras, en cambio, son desagradables, como la tristeza, el miedo o la ira. Pero son todas buenas. Fíjate, así, rápidamente. Si no sentimos alegría no quedaríamos con los amigos. Tal cual. Porque, a ver, hay que ducharse, arreglarse, gastar tiempo y dinero, desplazarse, dormir menos y peor, sobre todo si nos hemos bebido unos vinos. Que te llame un conocido que te caiga mal, verás como no vas. Y esto es porque no sientes esa alegría. La alegría hace que te dirijas hacia aquello que tu cerebro percibe bueno para tu supervivencia. Y los amigos lo son porque recibimos apoyo de ellos, por ponerte un ejemplo. Por otro lado, si no sintiéramos sorpresa no atenderíamos a circunstancias que son importantes y por ello pudieran ser beneficiosas o perjudiciales para nosotros. Importante atender, prestar atención; es decir, sorprendernos. Si no sintiéramos ira seríamos capaces de, por ejemplo, volver con esa pareja que nos fue infiel durante años…porque claro, es que lo quiero. La ira te protege de hacer gilipolleces como la de volver con tu ex y continuar en una relación que te llevará a vivir en el inframundo. Si no sintieras miedo morirías en menos de un día, solo intentando cruzar la calle. Alguien dijo alguna vez que hasta las personas que más creen en el destino miran a ambos lados de la calle antes de cruzarla. El miedo nos aleja de los peligro. Muertos en menos de un día, te lo aseguro. Si no sintiéramos tristeza no podríamos reorganizar la vida ante un acontecimiento que ha ocurrido y con el que no contábamos, como puede ser el fallecimiento de un familiar, una ruptura amorosa o un despido. La tristeza es igual a reflexión, la reflexión no lleva a la interiorización y es ahí cuando nos reorganizamos, restauramos, reconstruimos y mejoramos. Y si no sintiéramos asco podríamos meternos en la boca cualquier cosa.. bueno… de eso mejor no hablar. .. Nuestras emociones son las armas de Arthur en su videojuego. Que te deja la pareja: puedes utilizar la ira para no volver con ella nunca más si te hizo daño o no te dio el lugar que merecías y la tristeza para aprender de ello y no volver a cometer los mismos errores que cometiste con ella. Si se muere tu madre utilizarás la tristeza, y mucha. Necesitarás mucho tiempo de soledad para reorganizarte, reconstruirte y repararte ante ese situación que no estaba en tus planes. Necesitarás interiorizar esa situación para asimilarla, para interiorizarla, para, en definitiva, hacerla formar parte de ti y poder así avanzar, vencer el terrible monstruo de la pérdida. Nuestras emociones son LITERALMENTE las armas con las que enfrentamos cada una de las adversidades con las que nos encontramos en nuestro día a día. Más me vale tener miedo a cagarla si me llaman de una televisión nacional para que explique, en horario de máxima audiencia, por qué ERES FELIZ PERO NO LO SABES. El miedo a cagarla hará que me prepare muy bien qué voy a decir (también que me ponga muy guapo…bueno, todo lo guapo que yo pueda ponerme). Las emociones, insisto, son nuestras armas. Visualízate con tus emociones como si fueras Neo en Matrix. Ante alguna adversidad abres tu chaqueta negra 3/4 y elige de entre tus cartucheras la emoción adecuada. Pero, ¡ojo!, hay que saber usarlas, ¿eh? A los dragones no les tiramos bombas porque sabemos que solo mueren si le atravesamos el corazón con una lanza. Tampoco tiene sentido que a un zombi le tiremos 33 espadas o una bomba. Las ARMAS (emociones) hay que saber usarlas. Se muere mi madre, tristeza. ¿Cuánta? Mucha. Me deja mi novia de 3 meses… pues quizá tristeza pero no ha de ser tanta como a veces ocurre. Sabes a lo que me refiero con eso de “saber usarlas”, ¿verdad?. Que una vez un señor tardó 3 años en superar una ruptura sentimental de una relación que duró 8 meses. Tampoco hace falta sentir tanta ira como para matar a quien se ha colado en la fila del supermercado, pero sí la suficiente como para poder decirle que eche para atrás. Así que, ¿cómo entonces podemos llegar a saber utilizar correctamente las armas?

APRENDER A USAR LAS ARMAS

Sabemos que la vida es el juego, que tú eres Arthur, que las pantallas son las etapas de nuestras vidas, que los monstruos son las adversidades y que las armas con las que enfrentamos las adversidades son, LITERALMENTE, las emociones. Entonces ¿Y la terapia? Venga, esta es más difícil pero te la estoy poniendo a huevo. ¿Cómo incluimos la terapia en el videojuego? La terapia hay que venderla, es mi trabajo, lo siento. Efectivamente, la terapia es el tutorial, el manual de instrucciones. Sí, es cierto que igual no te hace falta mirar las instrucciones para poder ir avanzando por el juego, cierto. Reconozco que yo nunca miro los manuales de instrucciones e intento aprender sobre la marcha, ir viendo. Recuerdo cuando me mudé a mi casa actual y compré una cafetera nueva porque en la vivienda no había. Cuando quise hacerme el primer café la vitro no iba. Emitía un silbido de aviso y mostraba una letra L o algo similar. Lo intenté varías veces toqueteando todos los botones… pero nada, al final tuve que ir al manual de instrucciones para darme cuenta, rápidamente, que lo que ocurría era que mi cafetera de 8€ comprada en Amazon no era compatible con cocinas de inducción. Yo ni tan siquiera era conocedor de que mi concina era de inducción.

Puede darse el caso que vayamos por la vida y todo fluya, que no haga falta acudir al tutorial porque vamos sorteando sin problemas las diferentes adversidades con las que nos encontramos. Puede ser. Pero, ¿y si no? Imagina que estás en una pantalla con un monstruo al que no puedes vencer. Llevar mucho tiempo y nada, no hay manera. ¿Qué puede pasar en el videojuego si no te pasas esa pantalla porque no puedes vencer a ese jodido monstruo? Piénsalo: una y otra vez intentándolo sin éxito, ya no sabes que hacer. No avanzas. Definitivamente dejas el juego. ¡Dejas el juego! ¿Sabes qué significa que dejes el juego? ¿Recuerdas qué era el juego? ¿Qué significaría dejar el juego?

Así, tenemos que la VIDA es el juego, tú eres Arthur, los monstruos a los que Arthur hace frente en cada una de las pantallas son las adversidades que nos vamos encontrando en las diferentes etapas de nuestras vidas y que las emociones son, literalmente, las armas con las que podemos vencer estas adversidades y seguir así avanzando por este estupendo juego.

ERES FELIZ PERO NO LO SABES

Y ahora sí, hablemos de por qué ERES FELIZ PERO NO LO SABES. ¿Cómo podríamos representar la felicidad en el videojuego?

La felicidad es el deseo de jugar al juego.

Te lo explico.

¿Considerarías la infelicidad como no tener ganas de vivir? “No soy feliz, no quiero vivir”. La gente que se quita la vida no quiere vivir, ¿estás de acuerdo? Por lo que, obviamente, no son felices. Así, si la infelicidad es no querer vivir, la felicidad es el deseo de vivir, el deseo de jugar al juego. Hay gente que está atrapado en una fase, que no avanza porque no puede vencer algún monstruo y acaba queriendo abandonar el juego mientras otros, en cambio, advierten que andan atrapados, que no avanzan porque no vencen al monstruo (no superan una perdida, no encuentran empleo, viven en una continua ansiedad) y acuden a terapia. Quieren aprender a utilizar las armas con las que poder vencer a esos monstruos que no les dejan avanzar. Quieren aprender a gestionar las emociones que les ayuden a superar las adversidades con las que se han encontrado en el momento actual que les toca vivir. Son felices porque quieren jugar. O quizá estén sintiendo que se les están quitando las ganas pero saben que este es un juego que merece la pena jugar. Entonces, ¿se puede ser feliz y estar triste al mismo tiempo? La respuesta es sí.

¿Sabes cuál es la finalidad y el objetivo de nuestro cerebro? Reproducirse, perpetuar la especie. Para ello ha de sobrevivir. Todo lo que hacemos tiene que ver con la supervivencia. Las dos fuerzas más poderosas del mundo son el sexo y el enamoramiento. Las mayores locuras que ha hecho el ser humano las ha hecho por amor, sin duda. Pregúntale a tu mejor amigo o amiga dónde prefiere estar con la persona de la que se siente enamorado, cenando en un buen restaurante o en la intimidad de una cómoda cama. Y no vale responder “primero cena y luego cama”, no, hay que elegir. ¿Te has preguntado por qué de nuestros cinco sentidos? Los sentidos están ahí para detectar estímulos. Y las emociones tienen la finalidad de vencer a aquellos que amenacen nuestra supervivencia, pues vivimos en un mundo hostil, por si aún no lo sabías. Así que sí, la felicidad y la tristeza o el miedo coexisten de manera lógica. Soy feliz porque quiero vivir la vida, deseo vivir la vida y avanza por todas las etapas disfrutando de ellas. Y a veces estoy triste o tengo miedo justamente porque la tristeza o el miedo me permitirán vencer las adversidades (los monstruos) y poder así avanzar por este juego que la vida.

Y ahora te pregunto. ¿ERES FELIZ?

Necesitas Ayuda?