
En psicología del apego, el fenómeno del “encantamiento” emocional —esa sensación de quedar fascinado por alguien desde el inicio— está estrechamente relacionado con el apego ansioso. No se trata de la otra persona en sí, sino de la estructura afectiva desde la que tú te vinculas.
Por eso es tan frecuente que quienes viven un amor intenso y rápido después no sepan soltarse, no puedan cerrar etapas y sufran rupturas extremadamente dolorosas.
Enamoramiento como encantamiento: una trampa del apego ansioso
Cuando una persona tiene la capacidad de encantarte, no es porque posea cualidades extraordinarias. Lo que ocurre es que tu sistema emocional interpreta su presencia como una oportunidad de obtener seguridad, validación y cariño. El resultado es un “enganche” muy rápido.
Las personas con apego ansioso tienden a:
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buscar aprobación constante
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temer al abandono
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idealizar a la pareja
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confundir intensidad con conexión
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sentir miedo a quedarse solos
Desde esta base emocional, es fácil que el enamoramiento funcione como un auténtico encantamiento: un estado alterado donde la percepción se distorsiona y la dependencia emocional aparece de forma precoz.
Por qué cuesta tanto desapegarse después
El encantamiento inicial se convierte en un vínculo de necesidad.
La persona no se enamora desde la elección, sino desde la carencia.
Y lo que nace desde la carencia se aferra con fuerza.
De ahí que las rupturas se vivan como un síndrome de abstinencia:
la persona siente que pierde no solo a alguien, sino su fuente de regulación emocional.
Qué ocurre cuando el apego es seguro
En un estilo de apego seguro, la dinámica es completamente distinta:
la otra persona puede gustar, interesar e ilusionar, pero no hechiza.
No altera el juicio.
No genera dependencia.
Y si la relación no es sana, la persona puede dejarla sin quedar atrapada en un ciclo de sufrimiento.
Conclusión
Si una persona tiene la capacidad de encantarte, el foco no debería ponerse en ella, sino en tu propio patrón de apego. El encantamiento es un síntoma, no un destino.
Trabajar el apego ansioso es lo que permite pasar del “encanta-miento” a una relación adulta, segura y libre.