Si quieres la Custodia de tu hijo Necesitas un Psicólogo
Durante los últimos años en mi práctica forense
Desde ya hace un tiempo hemos observado, no sin gran asombro, cómo en los juzgados de VIOGEN, así como en los de familia, se comenten “errores” garrafales metodológicos en los periciales llevados a cabo por los técnicos de los juzgados. Como digo, esto ocurre tanto en VIOGEN como en los juzgados de familia; en estos últimos concretamente en lo referente a los litigios sobre la guarda y custodia de menores.
Vamos a hacer una Justicia más Justa
Sin necesidad ni intención alguna de ahondar acerca de las causas de la falta de rigurosidad existente en las evaluaciones e informes llevados a cabo por los peritos adscrito a los diferentes juzgados, y con el propósito de hacer una JUSTICIA más JUSTA, en Capote Psicología estamos colaborando con diferentes bufetes de abogados penalistas y de familia quienes, habiendo entendido el beneficio que esta simbiosis –abogado/psicólogo- reporta a todas las partes, estén motivado en ofrecer un servicio integrador que proporcione a los clientes mayores garantía para sus intereses.
Los Casos VIOGEN y sus Diagnósticos Amateur
Concretamente en VIOGEN hemos detectado casos en los que los técnicos de los juzgados que emiten informes (determinantes para las decisiones de los magistrados) NO son psicólogos sino médicos forenses. En esos informes concluyen con diagnósticos psicológicos bien sin haber utilizado pruebas psicométricas de ningún tipo o cuando las utilizan no son en absoluto las más indicadas. Un despropósito si quienes sn juzgados no son conocedores de la importancia que tienen esos informes (que como digo, en muchos casos carecen de rigor profesional) para una correcta y justa defensa.
Litigios de Custodia y el Interés Superior del Menor
Hay otros casos, por ejemplo en los litigios de custodia, en los que no se tiene en cuenta el INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR y, por ejemplo, hemos detectado situaciones en las que, por un lado, se han concedido custodias compartidas separando a hermanos menores años después del divorcio y estando los menores bien adaptados a la nueva situación familiar en el momento del litigio, causando así un gran malestar para estos y, por otro lado, no las han concedido cuando, tras haberles realizado pruebas de idoneidad parental a los progenitores no solo estas concluyen que ambos están totalmente capacitados para ello, sino que, además, los menores hubieran gozado de mayores y mejores recursos educativos.